¿Que es lo que quieres para el futuro de tu hij@?
¿Qué es lo que quieres para el futuro de tus hijos? Tal vez quieras que triunfes en la vida, pero ¿Lo estás educando a tu hij@ para que sea feliz?
Esta es una pregunta interesante que tiene muchas respuestas diversas. Tal vez desees que tu hijo, tu hija, triunfen en la vida, estudien en la universidad y se realicen como profesionales.¿Pero estás educando a tu hij@ para que sea feliz?
Es posible que tal vez tu respuesta vaya dirigida a que sean buenos ciudadanos, que contribuyan a mejorar la sociedad y su entorno.
O tal vez pienses que lo que quieres para tus hijos simplemente es que sean felices.
Entonces, si esta es tu respuesta, me gustaría preguntarte. ¿Estás educando a tu hij@ para que sea feliz? No me refiero a que tu les hagas feliz, ni siquiera que tenga como objetivo en la vida ser feliz, sino que cada día de su vida descubra la felicidad en cada acto cotidiano.
¿Cómo te educaron a ti?
A lo largo de tu infancia habrás recibido de forma consciente o velada una serie de mandatos por parte principalmente de tus figuras de referencia (padre, madre) y en menor medida por el sistema educativo. Estos mandatos pudieron ser por ejemplo: se fuerte, no llores, triunfa, obedece, se una cuidadora, eres tonto, no llegarás a ser nadie, se un protector, eres guapa, eres el mejor, eres una princesa ...y ayudaron a conformar tu personalidad. Muchos de estos mandatos te han servido para llegar hasta aquí, pero hay otros que seguro ya no te sirven y son causa de infelicidad, porque te empeñas en seguir cumpliendolos a nivel consciente o sobretodo inconsciente. Para algunas personas estos mandatos también contribuyen a postergar determinado orden social o son la clave para perpetuar a determinadas élites en el poder.
Una investigación realizada en 2007 por el profesor de Sociología de la Universidad de la Laguna, Javier Sánchez concluyó que los 708 ministros que habían ejercido en España en los últimos 300 años habían estudiado básicamente en los mismos colegios, casi todos privados y religiosos.
Por ejemplo tan solo en el colegio de Nuestra Señora del Pilar (ahora público y concertado) y situado en el barrio madrileño de Salamanca, han estudiado en los últimos años personalidades tan importantes como los ministros Alfredo Pérez Rubalcaba, Javier Solana, Rafael Arias Salgado, el ex-presidente del gobierno José María Aznar, el heredero del Opus Dei o los presidentes de empresas como Banco Santander o Grupo Prisa.
Estas personas posiblemente recibieron mandatos similares que combinados con determinados ambientes conformaron unas trayectorias vitales muy concretas.
En todo caso, el sistema educativo no se preocupa de educar a niñ@s felices, sino más bien a futuros ciudadanos productivos asegurando un determinado orden social. En España, según los informes PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), un escolar de primaria realiza una media de 6,5 horas semanales de deberes en casa, fomentando con esto la responsabilidad fuera del horario escolar. De forma paradójica somos de los países europeos con mayor fracaso escolar. En cambio los países con menos horas lectivas y menos deberes, como por ejemplo Finlandia, son líderes en educación.
¿Acaso un niño es feliz con esta carga de deberes? ¿O lo sería más haciendo otras cosas al salir del cole?
Tal vez debamos añadir al currículum de los escolares un mayor desarrollo emocional y un menor contenido académico. ¿Cargarlos con más trabajos coincide con la idea de desarrollar sus habilidades emocionales?. No es un tema baladí, partidos políticos como Podemos ya incluyen en su programa electoral la creación de un asignatura llamada Inteligencia Emocional dirigida a estudiantes de la ESO ¿Cómo podría concretarse esto? Todavía no tenemos los detalles.
Lo que si se, es del peligro existente en entender la inteligencia emocional como una capacidad más al servicio otra vez del mercado. Ser feliz para trabajar mejor y postergar ordenes establecidos, en lugar de formar a las futuras generaciones en una felicidad plena que cuestione los elementos estresores de la sociedad actual.
¿Eres entonces consciente de que mandatos recibiste en tu niñez? ¿En qué grado cumplir estos mandatos te ha ayudado a ser feliz o no? y sobretodo ¿Que mandatos ejerces ahora sobre tus hijos?
Sabiendo que seguro hay otras muchas ideas al respecto, comparto contigo algunas claves para desarrollar la felicidad en los hij@s:
-El contagio de sentimientos. Puesto que eres referente para ellos, no puedes mostrarte siempre alegre o rodearlos de "un mundo maravilloso". Explícale también como te sientes cuando estés tristes o malhumorado, sobre todo para que entienda que él o ella no son responsables de que nos sintamos mal. La educación emocional pasa por la gestión de todo el espectro de las mismas.
-El contacto con los sentimientos. Ayúdale a ir conectando con todos los sentimientos que le abordan en cada situación que vive (conflictos, viajes, desilusiones, rabietas, celebraciones...) Utiliza de forma más a menudo el "como". ¿Cómo te sientes ahora?. Esto le ayudará a conocerse mejor y explorar su mundo emocional. Existen más de 3000 sentimientos y un adulto no pasa de identificar 40 o 50.
-Aceptación. Deja que se exprese y que sea como quiera ser. Muchos padres se pasan el día diciéndole "no" a sus hijos "No hagas esto, no hagas aquello". Confunden poner límites con anular la expresividad, creatividad y personalidad del niñ@. Por supuesto, es demoledor decirle "no llores". Los hijos no son extensiones de nuestra existencia, sino seres destinados a ser distintos a nosotros. Tal vez yo no quiera un niño travieso, pero él es así y no aceptarlo es una forma de decirle "no te quiero".
Afectividad. Los niños solo quieren que les quieran. No te canses de mostrarles tu amor. Utiliza cualquiera de los lenguajes del amor, pero sobretodo el físico, abrázalo. El niño no se conforma con saber que lo quieres, quiere sentirlo. Pasa todo el tiempo que puedas con tu hijo y trata que ese tiempo sea de calidad.
Respeto. Aunque parece algo que das por sentado. ¿Cuántas veces has visto por ejemplo en un centro comercial a un padre o una madre gritarle y hablarle como un energúmeno a sus hijos?. Una recomendación de mi amiga Elsa Punset " ¿Permitirías que un vecino le faltase el respeto a tu hijo? ¿Por qué le hablas entonces tu así?. No lo trates de la forma que no permitirías que lo hiciesen otros". Tratarlo con respeto fomentará su autoestima.
Una última pregunta:
¿Entonces qué crees que va a ser más importante para tu hij@, que aprenda chino o que aprenda a ser una persona feliz?
Feliz Viaje.